¿Te ha pasado alguna vez estar en medio de un entrenamiento, que ya no puedes más, y de pronto, que suene tu temazo favorito y que parezca que estás recibiendo una inyección de energía?

La relación que existe entre el ejercicio y la música ha sido foco de estudio durante décadas y no es una sorpresa que la mayoría de los estudios señalen el poder que realmente tiene la música para motivar e impulsar en la mejora de un entrenamiento. Cuando escuchas una canción con el ritmo adecuado al ejercicio que se esta realizando se puede trabajar más duro, concentrado, con mas intensidad y sin sentir dolor.

 

¿Cómo beneficia la adaptación de la música al ejercicio?

Ayuda con el ritmo

Cuando practicas actividades cardiovasculares como el running o cycling escuchar la música correcta ayuda a que cojas el ritmo de trabajo adecuado. El tempo y el estilo de música une la velocidad e intensidad del entrenamiento. El Dr. Costas Karageorghis, autor de más de 100 estudios sobre el tema, ha dado a conocer que se establece un paralelismo entre la música y la velocidad de los movimientos del ejercicio. Por ejemplo, si se está rodando en una bicicleta de gimnasio a un ritmo de 65 rotaciones por minutos (rpm), la música dance con 120/130 beats por minuto (bpm) es ideal para establecer una pedalada por cada impulso de la música

Karageorghis ha creado playlists que unen el ritmo cardiaco para: descansar (sobre 50 bpm), activarse con (80 bpm), para realizar ejercicios de baja intensisdad (100-120 bpm) intensidad media (120-130 bpm) y por último de intensidad máxima (140 bpm). La idea es que cuando se una el trabajo del entrenamiento con la playlist, la velocidad de la música sirva de espejo de la actividad. Se parte de la base de que todo el mundo es diferente, pero con un poco de investigación, y prueba y error, se han podido crear listas de reproducción perfectas para guiar en práctica del ejercicio elegido.

 

Ayuda a mejorar la concentración

La investigación de Karageorghis muestra como la música puede regularnos y ayudarnos a bloquear distracciones. Poniendo el foco en la música, se puede mantener un nivel más alto de concentración antes de una competición, o incluso, antes de una clase. Esto nos permite librarnos de otras distracciones y poner nuestra mente en la tarea que tenemos entre manos.

Aumenta la confianza y distrae al cerebro

Escuchar música positiva, especialmente aquella motivacional y con mensajes que transmiten buenas vibraciones, puede enviar al cerebro mensajes positivos más allá de nuestro rendimiento el cual se vuelve seguro y nos ayuda a hacerlo mejor.

Por eso la música puede ayudarnos a cambiar nuestra mente y liberarnos de pensamientos negativos o dolor o disconformidad que estemos experimentando, Cuando se realiza una actividad que nos resulta un reto, ya sea una carrera, un ciclo, una sesión de pesas o una clase de gimnasia, el tipo de música adecuado puede distraernos de la fatiga que se experimente y mantenernos atentos al ritmo ayudando a seguir realizando el ejercicio durante más tiempo.

Ayuda con ráfagas de intensidad

Tal y como hemos mencionado, empezar con canciones motivacionales y positivas ayuda a encontrar la fuerza para una nueva inyección de energía e intensidad, especialmente cuando se necesita tirar de fuerza muscular. La múisica que percibimos como motivacional puede aumenta nuestra capacidad de trabajo y llevarnos a nuevo nivel de energía, fuerza y productividad. Esto es especialmente beneficioso en actividades en las que se necesita un extra de fuerza cuando empieza a ráfaga de intensidad y crees que no vas a poder hacerlo.

Sea el que sea el ejercicio que se está haciendo, o en una clase, la música puede ser muy beneficiosa para el entrenamiento. En la mayoría de las clases en David Lloyd, la música adecuada puede ayudar a enfocar tu entrenamiento y aprovecharlo al máximo, ya sea la música relajante del yoga, la música latina animada y contagiosa del Zumba…. En todas nuestras clases encontrarás la música perfecta para tu entrenamiento.