Aunque las piscinas de inmersión existen desde los famosos baños romanos, la terapia de agua fría está viviendo un auténtico auge. El interés por los beneficios de la inmersión en agua fría ha aumentado considerablemente y, aunque pueda parecer sorprendente, pasar tiempo en una piscina de inmersión puede ser tan relajante como una sauna caliente o un jacuzzi burbujeante. Descubre por qué y cómo deberías considerar incluir un chapuzón en agua fría en tu rutina de bienestar, ya sea después del ejercicio o como parte de tus momentos de spa.
¿Qué es una piscina de inmersión?
Una piscina de inmersión es una pequeña piscina llena de agua fría ideal para un baño refrescante. Estas piscinas ocupan aproximadamente el mismo espacio que un jacuzzi y están diseñadas para relajarse, no para nadar.
Beneficios de la piscina de inmersión y la terapia de agua fría
Pasar tiempo en aguas frías es una excelente manera de acelerar la recuperación del cuerpo después de entrenamientos intensos. La terapia de agua fría es utilizada por atletas profesionales para recuperarse tras competiciones y entrenamientos. Las investigaciones actuales sobre esta terapia aún no son concluyentes, pero algunos estudios sugieren que los beneficios de las inmersiones frías incluyen:
- Aumentar tu energía: El agua fría estimula la circulación y proporciona un impulso revitalizante.
- Aliviar el dolor muscular: Las inmersiones frías pueden reducir la hinchazón y la inflamación.
- Mejorar el estado de ánimo y la salud mental: Un chapuzón rápido en agua fría puede liberar endorfinas, los compuestos químicos que generan bienestar, según un estudio de 2020.
- Fortalecer el sistema inmunológico: De acuerdo con una revisión de estudios sobre inmersión en agua fría de 2022, existen indicios prometedores de que el agua fría puede fortalecer el sistema inmunitario.
- Acelerar la recuperación: Tras ejercicios de alta intensidad, la inmersión en agua fría ayuda a regular el ritmo cardíaco y facilita una recuperación más rápida, según un estudio de 2019 realizado con ciclistas.
Piscina de inmersión en David Lloyd Clubs
¿Cómo utilizar una piscina de inmersión en el spa?
¿Cómo empezar a usar una piscina de inmersión?
Puedes comenzar con actividades simples para prepararte. Empieza en casa con duchas frías: después de una ducha normal, baja la temperatura y permanece en el agua fría durante un par de minutos, sin superar los cinco en total. Además, emplear técnicas de respiración te ayudará a adaptarte. Respira profundamente y de manera lenta, contando mientras respiras para mantener un ritmo constante. La respiración consciente te permitirá estar atento a las sensaciones de tu cuerpo y conocer tus límites.
Si tienes alguna condición médica, es fundamental que consultes primero a tu médico antes de usar una piscina de inmersión. La inmersión en agua fría impacta en el sistema circulatorio y puede ser arriesgada para personas con problemas de presión arterial, condiciones cardíacas u otras afecciones circulatorias. Si tu médico desaconseja esta práctica, no realices terapia de agua fría.
¿Cuánto tiempo deberías permanecer en una piscina de inmersión?
Las piscinas de inmersión para terapia de agua fría se mantienen a una temperatura de entre diez y doce grados Celsius. Para comparar, un baño tibio en casa suele estar entre 37 y 40 grados Celsius. No es necesario que permanezcas mucho tiempo en el agua. Limita tus inmersiones a un máximo de diez minutos. Para las primeras sesiones, es mejor comenzar con tiempos cortos, entre dos y cinco minutos, para ayudar a tu cuerpo a desarrollar tolerancia al frío.
¿Cómo integran las piscinas de inmersión en tu tiempo de spa?
La terapia de agua fría puede combinarse con otras instalaciones de spa para promover la relajación y reducir el dolor muscular y la fatiga:
- Vapor o sauna primero, piscina de inmersión después
Relájate y recárgate combinando el uso de la piscina de inmersión con otros tratamientos de spa. Comenzar en una sala de vapor o sauna tibia ayuda a aliviar los músculos y las articulaciones doloridas. Después, un breve chapuzón en la piscina de inmersión estimula la recuperación muscular y es sumamente refrescante. - Combina inmersiones frías con un masaje
¿Prefieres evitar el calor de la sauna o el vapor? Tomar un baño en una piscina de inmersión después de una sesión de masaje es una excelente manera de reducir la inflamación muscular sin exponerte a altas temperaturas. - Añade tiempo en la piscina de inmersión después de entrenar
Por supuesto, también puedes utilizar la piscina de inmersión de forma independiente, especialmente después de un entrenamiento. Sumergirte en la piscina de inmersión tras hacer ejercicio puede ayudar a acelerar el proceso de recuperación de tu cuerpo, evitando dolores prolongados después de sesiones intensas. Solo asegúrate de ducharte primero si vienes del gimnasio.
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